El Acueducto de Segovia fue construido por los romanos hace casi 2.000 años. Pero, en cambio, la leyenda cuenta que fue un diablo el que construyó el acueducto en una sola noche. Solo le quedó una piedra por colocar.
Casi dos mil años después, por fin ha aparecido en Segovia el constructor del acueducto, en forma de estatua de bronce. Eso sí, tiene un toque 'millennial'. Nos podemos hacer hasta un selfie con él.
"Pero es que lleva hasta un móvil el demonio en estos tiempos", dice una vecina de Segovia. "Es horrible. Se puede subir un niño para hacerse una foto y caerse", critica otra vecina.
Una asociación católicapide a la Justicia que retire la escultura. "Ofende a los sentimientos religiosos y no es segura", dicen.
"Lo que queda a la altura de los niños precisamente son las patas y el resto de cintura para abajo. Es una provocación", explica María Esther Lázaro, vicepresidenta de la Asociación San Miguel y San Frutos. Incluso advierten de que podría fomentar el turismo satánico.
Pero mucho miedo no da este diablillo. Le han caído unos cuantos años de más encima y muchos kilos. Según el autor de la escultura, el único que debería sentirse ofendido es el propio diablo.
"Desde el románico al gótico no hay prácticamente una iglesia que no tenga una figura del diablo", razona el autor de la obra 'Aqueductus Artifex', José Antonio Abella. "Yo espero que la gente llegue y se haga una fotografía sonriendo. A este mundo le falta un poco más de sonrisas", agrega.
Otro de los vecinos apoya su propuesta: "La gente ve pecando donde no lo hay".
La última y controvertida piedra del acueducto amenaza con convertirse en la más simpática.