En el cómic de Lucía, la menor que se quitó la vida el pasado 10 de enero en su casa, dibujó una niña feliz que terminaba suicidándose. Es una historia similar a la que ella sufrió, y ahora la Policía pide que estas viñetas se incluyan en la causa.

La juez ha dado un nuevo paso y ha reabierto el caso, algo bien recibido por la familia, ya que se ven "indicios claros de acoso escolar", según declara su abogado, Antonio Casado.

Han pedido al instituto que aporte la documentación original del protocolo que se siguió porque "cabe la posibilidad de que hayan cometido también delito los propios funcionarios al tratarse de un colegio público".

Sus padres aseguran que no se hizo el seguimiento adecuado en el caso de su hija, porque "al preguntar por el protocolo dijeron que ya lo habían activado y que ellos pensaban que no era necesario cuando yo llevaba una carta de mi hija diciendo que se quería suicidar", explica la madre de la menor, María Peligros.

Dentro de la investigación se ha tomado declaración a una treintena de personas, entre ellas los dos presuntos acosadores de Lucía. La juez considera ahora que hay indicios de acoso, una decisión que llena de esperanza a sus padres.