Después de la agresión a dos guardias civiles en Alsasua, la izquierda abertzale se ha concentrado para protestar contra lo que consideran un montaje y para exigir la retirada de la Guardia Civil del municipio navarro. Frente a ellos, otra manifestación defiende el trabajo de los agentes.

Consuelo Ordóñez, presidenta del Colestivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (COVITE), ha asegurado que "a estos profesionales del odio que están aquí convocados por Sortu, que siguen diciendo y pretendiendo lo mismo que dijo y pretendía ETA durante 40 años, les venimos a decir que basta ya, que no les tenemos miedo".

La noche de los hechos, un teniente y un sargento fuera de servicio estaban junto a sus parejas en un bar cuando, según relata Pilar, novia del sargento agredido, primero llegaron los insultos, después la paliza: "Una vez que intentamos abandonar el local, comenzaron a darnos patadas, puñetazos, golpes por todos los lados", asegura.

La guardia Civil envió refuerzos y se detuvo a dos personas. Los heridos fueron trasladados al hospital. "Veo que él se va tranquilizando y que la recuperación, confiemos en que será buena", dice la madre de uno de los agredidos.

El movimiento Ospa de Alsasua, afín a la izquierda abertzale, desmiente estar detrás de lo ocurrido. Por su parte, Javier Ollo, alcalde de Alsasua, condena en nombre del Ayuntamiento "los actos violentos ocurridos, como cualquier grado de violencia, incluidas las pequeñas violencias, provengan de donde provengan".

Carmen Alba, delegada del Gobierno en Navarra, asegura que los agentes "tienen libertad para tomarse algo donde estimen oportuno". "Condenamos rotundamente estos hechos", añade.

Hasta el momento, el Congreso de los Diputados ha aprobado un texto de apoyo a los guardias civiles y los dos detenidos están en libertad provisional con cargos y están obligados a declarar todas las semanas en el juzgado.