El Sínodo de la Amazonía celebrado en el Vaticano durante este octubre ha concluido con una gran novedad. Se ha aceptado la propuesta de ordenar sacerdotes a hombres casados en las zonas más aisladas de la región. Lo hacen ante la falta de clérigos en estas zonas remotas por lo que los fieles no pueden recibir la eucaristía.

Esta decisión cambiaría la histórica tradición del celibato en la iglesia católica. Ha sido votada por los obispos (con 128 votos a favor y 41 en contra) y ha supuesto una de las iniciativas más controvertidas del debate.

El punto 111 del documento votado explica así la propuesta: "Proponemos […] ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana […] en las zonas más remotas de la región amazónica".

Además, el texto señala que a este respecto, algunos obispos se han pronunciado en favor de "un abordaje universal del tema".

Por otro lado, los obispos han señalado la "urgencia" de que se confieran ministerios para hombres y mujeres "de forma equitativa" en esa región al tiempo que ha señalado la necesidad de que la Iglesia reconozca el liderazgo femenino "reforzando su participación en los consejos pastorales de parroquias y diócesis, o incluso en instancias de gobierno".

Tanto la decisión de permitir ordenar sacerdotes a hombres casados y dar más relevancia a la mujer en la iglesia dependen ahora del Papa. El pontífice ha explicado que dotará mayor personal para la comisión que estudia el papel de las mujeres y ha asegurado que antes preferiría apelar a la creatividad para reforzar a la iglesia en la zona.