El informe de la autopsia del forense que ha analizado el cadáver de Laura Luelmo contradice la versión de Bernardo Montoya, asesino confeso de la joven, y afirma que sí existió una agresión sexual a la joven, antecedente inédito en la carrera delictiva de Montoya.
Según ha podido saber laSexta, la Guardia Civil sospecha que Montoya se llevó a Laura a casa después de haber encontrado abundantes restos de sangre en el domicilio, entre los que había manchas en las paredes. El asesino confeso fregó con lejía el domicilio y su ropa antes del registro de las autoridades.
El cadáver de Laura presenta una violencia mucho mayor que la que describe Bernardo en su declaración. La teoría que maneja la Guardia Civil es que pasó varias horas con él en la casa después de que el asesino confeso la interceptara nada más salir de la vivienda. De hecho, en su declaración ha dicho que se "encaprichó"de ella al verla.
Montoya declaró ante la Guardia Civil que asaltó a la joven cuando esta regresaba del supermercado. Según su relato, asaltó a Laura y le golpeó en la cabeza con el maletero del coche, quedando la joven inconsciente. Asegura que con un cuerda que tenía en el vehículo le ató las manos a la espalda y la metió en el maletero del coche.
Luego, Montoya asegura que condujo hasta el lugar donde la encontraron. Allí dice que desnudó a Laura para intentar agredirla sexualmente sin éxito y que la dejó en la zona donde finalmente encontraron su cadáver.
Sin embargo, esta versión sería falsa, ya que los investigadores sitúan la casa como el lugar en el que se produjo la agresión que acabó con la vida de la joven. Laura Luelmo no habría muerto en la casa, sino que Montoya la lleví hasta el campo, donde la habría abandonado aún viva y se deshizo de algunas de sus prendas.
Laura Luelmo ha sido la tercera mujer asesinada por los hermanos Montoya. La primera fue Cecilia y tenía 82 años cuando Bernardo entró en su casa para robarle y la apuñaló. Cecilia prometió declarar contra él en el juicio y Bernardo, al que un juez había dejado en libertad, le cortó el cuello.
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