Son las 11 de la mañana, estamos en Paracuellos del Jarama, Madrid y ya tenemos un positivo en alcoholemia. Un hombre se acaba de someter a la prueba y este su resultado ha sido positivo: 500 euros de multa y cuatro puntos de carnet. Llevamos algo más de 15 minutos en esa rotonda y la aplicación del móvil ya nos delata así que, sin perder tiempo, la Guardia Civil desmonta el dispositivo y en tiempo récord monta otro.
Ahora en la zona norte nos encontramos con una infracción: el copiloto de una furgoneta circula sin cinturón de seguridad. El agente no ha terminado de tramitar la multa y de nuevo salta el aviso. Llevamos 10 minutos en esta rotonda y ya aparecemos en otra aplicación, así que nos vamos a montar otro control en Camarma de Esteruelas.
Es el tercer dispositivo que montamos en una hora y media. Son los controles exprés un particular respuesta de la DGT para hacer frente a las aplicaciones que alertan de los controles. Para los agentes es una práctica peligrosa porque alerta a los delincuentes: "Nos esquivan y hay muchos delitos que se van a quedar sin resolver y muchas situaciones traumáticas que se van a producir" asegura Diego Gil, teniente.
Hemos cambiado de municipio y la aplicación nos vuelve a avisar. Aquí los agentes realizan un control de drogas. Él conoce las aplicaciones chivatas, pero como muestran sus resultados, dice que no le condicionan.