laSexta acompaña a la Guardia Civil en una jornada de controles de drogas y alcohol dirigidos a conductores profesionales. Nada más comenzar aparece el primer positivo en drogas. "Me he tomado sólo un ibuprofeno antes de venir", asegura el conductor, al ser informado de su positivo en opiáceos. Lleva un camión de 13 toneladas que ha sido inmovilizado. Le repiten la prueba y la precintan.

Este conductor se enfrenta a 1.000 euros de multa y a la retirada de seis puntos del carné. "La prueba de saliva que se le realiza a un conductor que ha dado positivo en alguna de las sustancias que se analizan, con todas las garantías y su cadena de custodia, se traslada hasta el laboratorio", explica el Teniente Martos, de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Las imprudencias con vehículos de gran tonelaje son muy peligrosas. Por eso, el nivel de alcoholemia permitido es diez décimas menor que el de un conductor de coche. El Instituto Nacional de Toxicología analiza la sangre y orina de conductores fallecidos. Sólo el año pasado recibieron una treintena de muestras.

"De las 30 muestras que recibimos de conductores de camión el año pasado, un 16,5% aproximadamente presentaban alcohol o una combinación de alcohol con otras sustancias: drogas o medicamentos", dice Jesús Agudo, director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Desde la Confederación de Empresas del Transporte de Mercancias (CETM) aseguran que son casos aislados, pero denuncian que la ley no les permite hacer controles aleatorios a sus empleados.

"No solo no podemos controlar el consumo de alcohol y drogas por parte de nuestros profesionales, sino que ni siquiera se nos informa cuando a uno de nuestros conductores asalariados se le retira el permiso de conducir", critica Miguel Pereira, de la CETM. Por eso se han reunido con varios grupos parlamentarios. El precio a pagar en caso de accidente sería muy caro.