Un gesto sencillo como es el de abrir y cerrar un grifo para beber agua no es posible en muchos lugares del mundo. En un rincón de Camboya pocas veces han visto agua potable. Un arma silenciosa, pero mortal: "La falta de agua potable mata a más de 4.500 niños todos los días en el mundo", explica Antonio Espinosa de los Monteros, fundador de AUARA.

Aquí ya están a salvo: un depósito recoge agua de lluvia y la transforma para todo el año. Lo ha conseguido AUARA y la gente que compra su agua: "Vendemos nuestros productos y el 100% de los beneficios que generamos lo invertimos en nuestros proyectos de acceso al agua potable", asegura Antonio Espinosa de los Monteros.

Su última campaña es impactante: han metido armas en sus botellas como granadas, un cuchillo o un AK-47. Queda en nuestra mano y en nuestras conciencias el conseguir desactivarlas.