En Sevilla, una tierra de gran tradición taurina, son muchas las personas que desean que sus cenizas sean esparcidas a los pies de la estatua del maestro Curro Romero. El problema es que tal cantidad de cenizas estropea las plantas que la adornan. Desde el Ayuntamiento recuerdan que en el cementerio municipal existe una zona específica para ello.

En Barcelona, el columbario más grande del mundo está proyectado en las inmediaciones del Camp Nou. Su construcción respondería a una demanda histórica de la familia blaugrana, que querría que sus cenizas descansaran en el césped del campo. Mientras tanto, hay un espacio destinado a ello en un cementerio cercano.

Otro ejemplo de estas localizaciones es el País Vasco, una de las comunidades autónomas donde más ha aumentado el porcentaje de incineraciones. Allí, zonas emblemáticas del Mar Cantábrico, como el Peine de los Vientos, son algunos de los lugares favoritos para depositar las cenizas de los seres queridos.