La DGT quiere imitar a Madrid. Desde el pasado miércoles, el Ayuntamiento ha reducido la velocidad de 50 a 30 kilómetros por hora en el 85% de sus calles. De esta forma, las señales con la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora se van a convertir en la imagen más habitual para los conductores madrileños.

Una medida que la DGT quiere imponer en todas las ciudades españolas. "Las ciudades tienen que ser estar hechas para los peatones y no para los vehículos", afirma una ciudadana.

Desde las asociaciones a favor de la seguridad vial aseguran que las ventajas de rebajar la velocidad son claras y que los accidentes se reducirían "entre un 15% y un 30%", tal y como explica Luis Montoro, presidente de 'Fesvial'.

Pero no solo eso: "Bajan entre dos y cuatro decibelios el ruido de la calle. Además, a 50 kilómetros por hora mueren el 45% de las personas atropelladas, mientras que a 30 por hora mueren solo el 5%", explica Montoro.

Aun así, la medida no todos la ven con buenos ojos. Paloma García, portavoz jurídica de 'Dvuelta' afirma que "esta medida puede ser recaudatoria más que para primar la seguridad vial porque detrás de la rebaja de los límites de velocidad vendrán nuevos radares e infracciones".

Un taxista, además, señala que "puede venir muy mal porque es una velocidad muy lenta".

De ponerse en marcha esta medida, España se uniría a otros países como Inglaterra, Francia o Alemania. Hasta que la DGT tome una decisión, en ciudades como Madrid o Barcelona habrá que pisar un poco más el freno cuando se circule por el centro.