Una violencia extrema se vive casi a diario en las calles de Barcelona. Es el caso de una mujer, a la que, apoyada en una muleta, la sorprenden por detrás: la tiran al suelo, la arrastran por el paseo y terminan llevándose su bolso.
Según la Conselleria, los robos con violencia en la calle han aumentado un 35% con respecto al primer trimestre de 2019. Algunos robos se llevan a cabo con tirones violentos desde motocicletas, lo que ha llegado a provocar la muerte de una dirigente surcoreana.
Los Mossos sospechan que algunos de estos delincuentes podrían ser los mismos que estos días han irrumpido en las recepciones de los hoteles de Barcelona, con el rostro oculto bajo un casco, y que intentan robar a los turistas. Porque precisamente estos son las víctimas preferidas de los ladrones callejeros.
El método que siguen para robar relojes es el siguiente: fichan a sus víctimas y de un tirón se lo llevan. Un intento de robo de este tipo terminó con cuatro menores apuñalando a un vigilante de seguridad.
La delincuencia también a puesto en pie de guerra a los vecinos y comerciantes. Uno de los barrios más castigados es el de Sant Antoni, donde se producen robos a comercios. Lo que ha provocado que vecinos y comerciantes se organicen.
Pero una de las zonas más calientes, sin duda, es el metro de Barcelona, donde se producen una media de 100 robos a la semana. Son los usuarios los que han tenido que organizarse para localizar a los carteristas y no paran hasta que consiguen que abandonen las instalaciones.