La naranja sudafricana preocupa hasta en el Congreso de los Diputados. "El problema es que millones de naranjas sudafricanas llenan los supermercados europeos", lamenta Joan Baldoví. Sus bajos precios impiden a la española competir en el mercado.
"No podemos competir con ellos porque tienen ventajas laborales, fisiosanitarias y de protocolos de importación mucho más laxos que nosotros", explica Carlos Peris, secretario general de la Unió de Llauradors.
Además, los sindicatos denuncian que con la escasez de controles sanitarios a las naranjas importadas aparecen nuevas plagas. También hay un tercer problema provocado por los cítricos africanos: su alto coste ecológico.
"Los productos que vienen de otros países tienen una huella muy importante de carbono, tanto en términos de gases de efecto invernadero como del propio sistema agrícola", critica Luis Ferreirim, secretario de agricultura de Greenpeace.
Por eso, los ecologistas recomiendan elegir siempre productos de temporada y locales. Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores asegura que saldrán a protestar a las calles para exigir que la Unión Europea revierta esta situación lo antes posible.