Rosa Peral, la agente de la Guardia Urbana encarcelada junto a su ex pareja, Albert López, por el asesinato de Pedro Rodríguez -con el que en aquel momento ella mantenía una relación- , ha enviado una carta desde la cárcel al periodista Carlos Quílez, en la que reivindica su inocencia tras conocer que la Fiscalía pide para ella 26 años de prisión.

En la misiva, la acusada carga contra su expareja y presunto coautor del crimen, al que califica como "un impresentable, psicópata que ha modificado por cuarta vez su declaración ante la juez" y critica que se le dé crédito a su última declaración, en la que aseguró que el padre de su exnovia la ayudó a matar a Rodríguez.

La policía, considerada coautora del asesinato y que se encuentra en prisión preventiva desde hace dos años, insiste en su inocencia y en su versión de que Albert es el único responsable del crimen. Ella asegura que irrumpió en su casa el 1 de mayo de 2017 y que, tras amenazarla con un hacha, mató a Pedro.

Asimismo, Peral ha arremetido contra la actuación del fiscal, al que acusa de preferir el relato de la prensa sobre ella al de los estudios psicológicos que le han realizado para justificar la prórroga de su estancia en prisión, amparándose en el riesgo de que la acusada, a la que define como "fría", pudiera manipular a los testigos.

"¿Fría?, jamás los psicólogos me han calificado como fría. Sí lo ha hecho la prensa y el fiscal prefiere a la prensa que a los forenses", asegura Peral. Según su versión, los psicólogos la definieron como "evitativa" y "dependiente", una definición que, dice, "encaja con el hecho de que no plantase cara a Albert".

"Me han lapidado públicamente, ¿no tengo derecho a un juicio justo?", concluye la presunta asesina, quien, según ha desvelado también en exclusiva Carlos Quílez, ya ha presentado su escrito de defensa de cara al juicio por asesinato.

En él se pide su total absolución, esgrimiendo que el motivo por el que no denunció a Albert López como autor de la muerte de Pedro hasta 15 días después de los hechos fue el "miedo insuperable" y que, por tanto -sostiene la defensa- no ha cometido ni siquiera un delito de encubrimiento.