Arropada por decenas de personas, entre aplausos y mensajes de apoyo entraba, Fernanda de la Figuera en los juzgados de Málaga. Ella es una de las más veteranas activistas por la legalización del cannabis. Empezó a fumar desde joven: "Fumo desde antes del 68. La marihuana me preserva de todo mal", reconocía en una entrevista.

Con reumatismo, artrosis y dos hernias discales, asegura que si no fuera por el cannabis, a sus 76 años no podría mantenerse en pie. Firme defensora del poder terapéutico del cannabis, con un huerto se autoabastecía ella y a otras mujeres de su asociación. "Era para terapia de la asociación Marías por la maría", explica la acusada. Una asociación que cuenta con más de cien mujeres socias.

Asegura, y lo ha hecho también ante el juez, que siempre pensó que actuaba legalmente y que lo hacía sin ánimo de lucro, sólo por ayudar. "Una hace las cosas con la mejor voluntad del mundo, pretendiendo ayudar a los demás. En esta ocasión, por lo visto, he metido la pata", cuenta De la Figuera ante las cámaras.

Los hechos que se juzgan se remontan a 2014, cuando la Guardia Civil entró en su huerto y le requisó las plantas con las que abastecía a sus socias. La Fiscalía pide cuatro años de prisión para ella por cultivo y distribución de cannabis. Aunque en 1995 se enfrentó a un juicio similar del que resultó absuelta.