Olga, la abuela de la niña hallada muerta en la habitación de un hotel en Logroño, dejó cartas de despedida en las que aseguraba que había sido víctima de una estafa de 100.000 euros. Ella apareció muerta en el río Ebro dos días después de encontrarse el cuerpo de su nieta.

"Ruego que se haga justicia y que mi familia sea correspondida económicamente", explicaba en una de esas misivas a las que ha tenido acceso 'ABC'. De hecho, ella denunció en septiembre esa presunta estafa en una comisaría de Miranda de Ebro, en Burgos.

En la carta también señalaba que tenía números de cuentas bancarias, números de teléfono, capturas de Facebook y correos electrónicos. Pedía justicia. La mujer habría conocido a un hombre en Madrid del que se enamoró y al que envió grandes cantidades de dinero: éste le dijo que trabajaba para la ONU y que necesitaba dinero porque tenía a sus hijos enfermos. El resultado fue que ésta mujer hizo envíos de capital a cuentas de Turquía e Indonesia.

Lo que se sabe hasta ahora

El pasado lunes agentes de la Policía Nacional encontraron a Carlona, una niña de cinco años, muerta en una habitación del Hotel Los Barcos de Logroño. En la misma habitación estaba su madre, Adriana, sentada en el alféizar de la ventana, con cortes por el cuerpo y con intenciones suicidas.

La mujer fue trasladada a una Unidad de Psiquiatría y posteriormente fue detenida acusada de homicidio. Los agentes también buscaban a la abuela tras encontrar cartas de despedida de ambas. Olga, la abuela, apareció muerta dos días después en el río Ebro en lo que, todo apunta, fue un suicidio. Ella se había registrado en la misma habitación de hotel el domingo 26 de enero.

La autopsia preliminar de la menor no fue concluyente por lo que habrá que esperar a conocer los resultados definitivos de los exámenes forenses. Adriana, la madre, aseguró ante los agentes que la niña murió por causas naturales y que ella no había sido autora de un asesinato.

Pese a ello, el juez decretó prisión provisional para ella y permanece en prisión sometida a un protocolo antisuicidios, por lo que cuenta con la vigilancia adicional de dos internas de apoyo.

El padre de la niña presentó a última hora del domingo 26 una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de la ciudad riojana de Haro porque su exmujer había incumplido el horario de entrega de la menor, lo que ya había ocurrido con anterioridad en varias ocasiones. La custodia estaba en manos de su padre y entre los progenitores existían numerosas denuncias por este motivo.

De hecho, según apunta 'ABC', en una de esas cartas de despedida la madre aseguraba que la niña quería estar con ella.