El cardenal polaco Konrad Krajewski, jefe de la casa de la lismosna del papa, dedica largas noches a repartir entre los desfavorecidos. Su labor no es otra que ayudar, y en los últimos días, ha dado un paso que ha alentado la polémica en el país.

No dudó en dar un ultimátum a las instituciones para que reactivaran la corriente eléctrica de un palacio romano que había sido 'okupado' por más de 400 personas: "En caso contrario, actuaré por mi cuenta", avisaba.

Y así lo cumplió. Tan solo aguantó dos horas más de las que había otorgado a las autoridades para hacerlo y se presentó en la calle de la Santa Croce in Gerusalemme. Con la ayuda de los vecinos, el cardenal forzó la cabina eléctrica y consiguió reactivar la luz en el edificio.

La compañía de la corriente eléctrica ya ha anunciado que el acto del 'Robin Hood' del Vaticano tendrá consecuencias. Por el momento, una denuncia ante la Fiscalía. También ha recibido las advertencias del ministro del Interior y Vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, que instó a que el Vaticano pagara "los 300.000 euros" que esas personas deben a la compañía.

Pero, ya desatada la polémica, los reconocimientos no tardaron tampoco en llegar. A Krajewski lo bautizaron como 'El Robin Hood del Papa' tras tomarse una foto con los beneficiados del acto, y él, lejos de mostrar arrepentimiento, aseguró ante los medios del país que intervino personalmente "para reactivar los contadores": "Ha sido un gesto desesperado. Había más de 400 personas sin electricidad, con familias, niños, sin ni siquiera la posibilidad de encender los frigoríficos".