El juez Vázquez Taín lo metió en prisión hace años por maltrato. Al salir de prisión esperó a los hijos del juez en una parada de autobús de Coruña para arrojarles una botella de ácido. "Cogí la botella y le dije: tú eres el hijo de Vázquez Taín. Felices Pascuas, y se la eché", ha declarado en el juicio. Lo que no sabía Agustín era que los niños no eran hijos del juez.

Álvaro sufrió una lesión grave en el ojo derecho y tuvo que ser intervenido en tres ocasiones. Su madre sufrió heridas en la boca al intentar protegerle de la agresión. A otras dos niñas, Agustín les quemó la cara y el cuello. Desde entonces, no pueden tomar el sol y necesitan protección solar de forma constante.

Durante el juicio, Agustín se ha defendido diciendo que lo hizo para vengarse del juez Vázquez Taín. "Yo tenía dos niñitos en casa, mis gatos, y el juez me los mató. Yo buscaba un golpe mediático, y en niños hace mucho efecto". La fiscal pedía 23 años de prisión para Agustín, pero tras escuchar su declaración solicita 24 años de cárcel.