Esta semana se ha celebrado en la sala primera de la Audiencia Provincial de A Coruña el juicio oral contra el  matrimonio anciano que mató a Fernando S.G., que había entrado en su domicilio en torno a las 2.30 horas de la noche del 10 de julio de 2011. El jurado considera culpable de homicidio al marido, por haber clavado al joven el cuchillo que posteriormente ocasionó su muerte en un lugar cercano al domicilio, y también a su mujer como cooperadora necesaria, pues le proporcionó el arma, pero sostiene que concurren las eximentes de legítima defensa y miedo insuperable y su veredicto ha sido la libre absolución de ambos.

Tras casi nueve horas de deliberación desde las diez de la mañana, el jurado ha emitido su veredicto casi a las siete de la tarde y de manera unánime, para lo que fue necesaria la reproducción del testimonio de las médicas forenses y de los hechos. Los seis hombres y las tres mujeres que han integrado el jurado piensan que la acción de estas dos personas de 68 y 67 años, respectivamente, no fue "sorpresiva" ya que creían "que iban a ser atacados", ha explicado el portavoz del jurado.

Entienden, además, que "la utilización del cuchillo en las circunstancias era proporcionada" y también advierten que cuando aquella noche se levantaron de la cama con un intruso en su hogar desconocían el número de personas que habían allanado su morada. Sostienen, por tanto, que concurren las dos eximentes clave, después de que ellos mismos hubiesen confesado que causaron la herida que a la postre fue mortal para la víctima, que son el miedo insuperable y la legítima defensa, con sus tres requisitos: los que se defienden no provocaron, hay una agresión ilegítima -en el momento en que entran en su casa- y una necesidad de defenderse.

La magistrada ha leído el fallo previo a emitir una sentencia y ha desvelado "la absolución al concurrir en su actuación las eximentes completas de legítima defensa y miedo insuperable". Queda por tanto probado que Fernando S.G., de diecisiete años, estaba en el hogar de los ahora absueltos el 10 de julio de 2011, cuando la mujer lo localizó, llamó al marido y este, para defenderse, cogió un cuchillo que le proporcionó su esposa, con el que lanzó cuchilladas al aire a través de una puerta.

El menor recibió siete impactos, solo uno de ellos mortal, se escapó por la ventana, atravesó la calle y falleció desangrado a varios metros por una incisión de la que solo podría haberse salvado con una atención muy rápida y con medios especializados. No se ha especificado ni en la fase de instrucción ni tras el juicio oral por qué estaba el menor en aquella casa aquel día, algo que ni su familia ni sus amigos han podido aclarar.