La lluvia suele ser el primer factor a tener en cuenta a la hora de escoger nuestras vacaciones. Ya sea por tiempo o lugar. Por tanto, ¿cuándo llueve menos? La respuesta es sencilla: en julio. En Barcelona, por ejemplo, suele llover dos días durante el séptimo mes del año, mientras que en agosto llueve cuatro.

En otras zonas como Valencia o Santander, el levante y el norte de la península, la diferencia en este aspecto es mínima, pero aún así, la lluvia está ligeramente más presente en agosto que en julio.

Otra cuestión a valor: cuándo hace más calor. En este sentido, julio y agosto suelen respetar al veraneante casi por igual, pero julio vuelve a ganar por poco: las temperaturas son ligeramente más altas que en agosto; en concreto les separa apenas un grado de media.

La duración de los días y las noches también puede resultar un aliciente a la hora de elegir vacaciones. Y aquí vuelve a ganar julio: el día 15 del séptimo mes del año tiene una hora más de luz que el mismo día del mes de agosto. Un mes de diferencia y una hora más de luz.

Pero los factores clave son la masificación de los lugares que elijamos para veranear y el precio de nuestras vacaciones. En julio hay menos gente viajando que en agosto, concretamente un millón menos de personas.

Si nos vamos a precio, la pregunta es evidente: ¿cuándo es más barato ir de vacaciones? De nuevo, gana julio. Como muestra, un ejemplo: tres días en Menorca -vuelo más hotel- cuestan en julio 450 euros. El mismo viaje en agosto cuesta 550 euros, un 20% más.

Los datos del Índice de precios hoteleros del INE 2018 arrojan una conclusión clara: agosto es el mes más caro para hacer turismo.

Conclusión: si los datos dicen que julio es mejor, por qué nos vams más de vacaciones en agosto. El debate está abierto.