Según el Informe Nacional de Ahogamientos que elabora la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, el balance de víctimas de enero a 31 de julio asciende a 184 personas muertas.
La cifra de julio es la más elevada de los últimos 11 meses, aunque supone casi un 39% menos de la contabilizada en julio de 2017 cuando hubo 37 víctimas mortales más.
A día 31 de julio se han contabilizado un 40% menos de muertes que en la misma fecha de 2017, cuando se sumaban 306 fallecidos por ahogamiento, 122 víctimas más.
El perfil de la persona ahogada desde el 1 de enero es la de un hombre, el 77%, de nacionalidad española, 72 %, de 65 o más años, 41,9 %, que perdió la vida en una playa, 44 %, en cualquier caso en un espacio acuático sin vigilancia o servicio de socorrismo, 89 %, y entre las 10.00 y las 20.00 horas, 67,9 %.