Dani Alves se sentará en el banquillo de los acusados por la violación de una joven de 23 años en una discoteca de Barcelona. La jueza ha acordado procesarle por un presunto delito de agresión sexual con acceso carnal, al concluir que hay suficientes indicios para enviarle a juicio. La magistrada da así por finalizadas las diligencias previas e impone al futbolista una fianza de 150.000 euros, a la vez que ratifica la prisión provisional para el acusado.

En el auto de procesamiento, al que ha tenido acceso laSexta, la jueza señala que de las diligencias practicadas se desprenden "indicios racionales suficientes" de que Alves agredió sexualmente a la víctima el 30 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton. Allí, en un lavabo de uso exclusivo en la zona VIP, Alves habría intentado obligar a la joven a practicarle una felación y, al no conseguirlo, "enfureció y le pegó varias bofetadas en la cara". Posteriormente, "la penetró de manera violenta llegando a eyacular en su interior".

La jueza asimismo recuerda en el auto que de las muestras recogidas en el vestido de la víctima se obtuvo material genético coincidente con el del procesado y que los forenses que examinaron a la joven concluyeron que cumple con los criterios de un trastorno de estrés postraumático con "repercusión funcional y deterioro en varias áreas del funcionamiento" que "se pueden relacionar significativamente con los hechos denunciados".

Así, la jueza califica por el momento los hechos relatados como consistentes de un delito de agresión sexual con acceso carnal, recogido en los artículos 178 y 179 del Código Penal,y fija las responsabilidades civiles en 150.000 euros, por lo que requiere a Alves una fianza de dicha cuantía para cubrirlas.

El pasado mes de enero, Dani Alvesfue detenido y lleva desde entonces en prisión, pese a las sucesivas peticiones de libertad provisional presentadas por su defensa. En este tiempo, el futbolista ha incurrido en varias versiones contradictorias sobre lo ocurrido en la discoteca, pasando de negar públicamente que conociera siquiera a la víctima a asegurar que las relaciones sexuales fueron consentidas.

Unos cambios en su relato que justificó ante la jueza el pasado mes de abril aduciendo que intentaba ocultar la infidelidad a su esposa. "Cambié mi primera declaración porque yo ese día tenía una obsesión de proteger mi matrimonio", argumentó entonces.