La jueza de instrucción que hasta ahora estaba encargándose del caso de Anna y Olivia, las niñas presuntamente secuestradas y asesinadas por su padre en Tenerife, se ha inhibido formalmente este miércoles a favor de los juzgados de Violencia sobre la Mujer, con el informe favorable de la Fiscalía.

En concreto, el auto de inhibición ya califica el caso como presuntamente constitutivo de sendos delitos de asesinato y un delito contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género, en referencia a la madre de las niñas y el trato que le dispensó Tomás Gimeno desde que se separaron.

Entiende por tanto la magistrada que los delitos presuntamente cometidos, de los que ya hay indicios objetivos, corresponden al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife. En este sentido, el auto de la jueza describe el "trato vejatorio y denigrante" al que Gimeno sometió a la madre de las pequeñas tras su separación.

Según recoge el escrito, ambos "mantuvieron una relación similar a la marital", fruto de la cual nacieron Anna y Olivia, que finalmente "se rompió aproximadamente hace un año". A partir de ese momento, dejaron de convivir y, aunque no había resolución judicial sobre la custodia de las menores, estas quedaron bajo custodia efectiva de su madre, con la que convivían habitualmente.

Desde entonces, apunta el auto, Gimeno "mantuvo de forma constante" hacia su expareja "un trato vejatorio y denigrante, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes".

Estos comentarios, apunta el escrito de la magistrada, estaban "en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja". Además, Gimeno manifestó "de forma reiterada" que "no toleraba" que esta persona "compartiera momentos con sus hijas".

La decisión de la jueza de inhibirse a favor de un juzgado de violencia machista de Santa Cruz de Tenerife cuenta con el visto bueno del Ministerio Fiscal sobre esta competencia.