El matrimonio de California (EEUU) que secuestró y torturó a sus 13 hijos no podrá contactar con ellos de ninguna manera durante al menos tres años, informaron medios locales.

Un juez dictaminó que David y Louise Turpin no se podrán acercar a sus hijos, de entre 2 y 29 años, ni podrán contactar con ellos a través del teléfono o correo electrónico, salvo que lo hagan a través de su abogado.

Además, las autoridades han decidido separar a los 13 hermanos de tal manera que los más jóvenes irán a vivir con dos familias de acogida, mientras que los mayores irán a un centro especializado.

El caso de los Turpin, que ha causado un gran escándalo en Estados Unidos, se conoció después de que una de sus hijas lograra escapar del domicilio familiar en Perris (California) y llamara a la Policía usando un teléfono que encontró en la casa.

En los días siguientes, las autoridades detallaron las penosas e insalubres condiciones en las que permanecían encerrados los hijos, que fueron encadenados a distintos muebles y que sufrían de desnutrición severa en una vivienda con un denso mal olor.

El fiscal del distrito de Riverside, Michael Hestrin, se refirió a las constantes "palizas, estrangulaciones, violencia y encadenamientos" que sufrieron los hijos por parte de sus padres. Por el momento, no se conocen las razones que llevaron a Turpin a abusar de manera extrema de sus hijos, a quienes, por ejemplo, obligaban a permanecer despiertos durante toda la noche y dormir durante todo el día.

Las autoridades presentaron un total de 38 cargos contra David y Louise Turpin, entre los que se incluyen acusaciones por tortura, detención ilegal, abusos a un adulto independiente y de menores, y acto lascivo sobre un menor.

Si fueran declarados culpables de todos los cargos, la pareja podría afrontar hasta 94 años entre rejas. Por otro lado, en las últimas horas los medios estadounidenses se hicieron eco del testimonio en la red social Facebook de Taha Muntajibuddin, quien supuestamente fue compañera de una de las hijas de los Turpin en una escuela de Texas cuando la familia vivía en ese estado.

Muntajibuddin aseguró que esta hija de los Turpin sufrió acoso escolar por parte de sus compañeros de clase, que se mofaban de ella por oler mal o por ser una chica frágil, y añadió que, tras leer las recientes revelaciones sobre sus inhumanas condiciones de vida, sintió un "abrumador sentimiento de culpa y de vergüenza".