Una encuesta realizada por la Fundación Mutua Madrileña con la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) con información facilitada por 3.533 personas de entre 18 y 25 años de 14 provincias españolas entre septiembre de 2014 y mayo de 2016 releva que el 80% de los jóvenes confiesa haber visto a algún amigo coger el coche después de haber consumido alcohol o drogas. Más de la mitad segura haber evitado que estos condujeran en ese estado. La encuesta además revela que los jóvenes tienen una percepción diferente de su actuación y de la de sus seres próximos.

Así, sólo uno de cada cuatro admite haber conducido alguna vez tras consumir alcohol, pero ocho de cada diez afirma haber visto a algún amigo hacerlo. En esos casos, el 53 % de los encuestados manifiesta haber intervenido para impedir se pusiera al volante en ese estado. Un dato que muestra, "cierta toma de conciencia" sobre los peligros del consumo de alcohol y otras sustancias en la conducción, aunque también indica que aún hay una parte muy importante de jóvenes que no percibe el riesgo de estas conductas.

Una figura creciente, según muestra la encuesta es la del conductor alternativo. El amigo que se compromete a no beber durante la noche para asumir la responsabilidad de conducir. El 39 % de los jóvenes ha jugado ese papel en alguna ocasión, en especial los fines de semana. Además del consumo de sustancias, el estudio se interesa por otra de las principales causas de accidentes: las distracciones. Uno de cada tres jóvenes admite que escribe o consulta mensajes de Whatsapp o SMS mientras conduce y un porcentaje un poco menor ha realizado alguna llamada sin manos libres mientras circulaba.

También es un tercio de los consultados el que asegura no respetar los límites de velocidad establecidos. El estudio apunta que la percepción del riesgo es mayor a medida que aumenta la edad del encuestado y, por sexo, es más elevada entre las mujeres. La Fundación Mutua Madrileña y Aesleme, responsables de la campaña "Agárrate a la vida" que desde 2010 trata de prevenir accidentes entre los jóvenes, y consideran que estos resultados demuestran la necesitad de continuar concienciando.

Con ese propósito, organizan charlas ofrecidas por profesionales sanitarios y lesionados medulares que a su vez son técnicos de seguridad vial. Cada año, unos 5.500 jóvenes atienden a estas charlas y más de 3.500 de ellos aceptaron posteriormente someterse al cuestionario para conocer sus hábitos como conductores.