Fuentes del entorno de la joven que sufrió abusos sexuales por parte de dos policías en Estepona en 2018 han asegurado que el espíritu del pacto que ha librado de la cárcel a los dos acusados está evitar la "revictimización" de la joven al tener que revivir el abuso y que la sometan a un juicio mediático paralelo.

El motivo principal por el que la acusación particular que ejerce la agredida ha decidido alcanzar un acuerdo es huir de un circo mediático, evitar lo que ocurrió hace unos años con el caso de La Manada y que se terminase por cuestionar a la joven, según las mismas fuentes.

En este sentido, las fuentes han indicado que lo sucedido no lo repara, pero "tampoco una condena de 30 años de cárcel y los rigores de un juicio o el interés mediático" que generaría un proceso con dos agentes sentados en el banquillo de los acusados, por lo que creen que "esta era la mejor condena para la víctima, aunque a la sociedad no le guste", han señalado.

"Como ciudadanos podemos desear que estos individuos vayan 30 años a la cárcel, pero lo que debe primar -y lo que ha primado- a la hora de tomar la decisión es el bienestar" de una joven que ha sufrido mucho con todo lo que ha pasado y que se merece recuperar su vida, han precisado.

El pacto al que se ha llegado, que, según las fuentes, algunos han malinterpretado, "busca lo mejor" para ella y evitar que tenga que pasar por "un duro y extenuante" proceso judicial que podría alargarse durante años.

El acuerdo en cuestión no se limita a cambiar el ingreso en prisión de los dos policías por la realización de un curso de reeducación sexual, insisten las fuentes, que lamentan "la interpretación tan simplista" que se está realizando del asunto. Además del controvertido curso de reeducación sexual, los acusados "quedarán marcados de por vida como agresores sexuales en el fichero nacional de delincuentes sexuales", tienen prohibido acercarse a la víctima en años y no podrán trabajar con menores o

adolescentes ni en la función pública, han subrayado.

La joven se encontraba de vacaciones con unos amigos en Estepona cuando se produjeron los abusos por los que los dos policías han sido condenados por la Audiencia de Málaga a dos años de prisión, que han evitado tras un acuerdo en el que tendrán que indemnizar a la víctima en 80.000 euros y asistir a un programa de reeducación sexual.