Con gritos y abucheos han recibido los familiares y amigos de Sara, la joven que murió tras una lipoescultura en Murcia, a una de las cuatro testigos que han declarado este viernes ante el juez. Estuvo presente durante la operación en la clínica como auxiliar de enfermería. Además, es la pareja sentimental del cirujano.

También han testificado dos sanitarias del Hospital Santa Lucía, donde la víctima llegó con múltiples perforaciones intestinales tras la cirugía estética. Según Mercedes Murcia, una de las abogadas de la familia, cuando Sara ingresó era consciente de la gravedad de sus lesiones: "Sara dijo que había tenido como un pálpito cuando entró a operarse y que sabía que iba a salir mal. Ella era consciente de dónde estaba, lo que había sufrido y lo que le quedaba por sufrir".

Tatiana es una de las cirujanas que intentó, durante un mes, salvarle la vida en el Hospital de Santa Lucía. Hoy los familiares han querido agradecerle todo lo que hizo: "De verdad que estamos muy agradecidos...muchas gracias".

La familia quiere saber toda la verdad y no descartan ampliar la denuncia. "No descartamos que se pueda ampliar la denuncia a la acompañante del cirujano si se descubre algún ilícito penal como intrusismo profesional", declara Rubén Gómez, hermano de Sara. De momento, hay dos investigados, el cirujano y el anestesista.