El joven había acudido a una tienda de vapeadores de Fort Worth, Texas, pero los dependientes del establecimiento le dijeron que no vendían esa marca ya que había dado problemas, según han asegurado a 'Star-Telegram'. Sin embargo, la abuela del joven ha asegurado que fue a comprarlo allí.

El cigarrillo, del tipo mod mecánico, se sobrecalentó cuando el joven estaba aún frente al establecimiento. La batería terminó explotando y una de las piezas del dispositivo electrónico se le incrustó en la garganta, provocándole un corte de gravedad en una arteria.

Los dependientes de la tienda salieron en su ayuda, pero el joven terminó muriendo en el Hospital John Peter Smith a causa de un derrame cerebral causado por la disección de la arteria carótida, después de dos días en coma inducido.

La abuela del joven ha asegurado a la cadena estadounidense 'CBS' que su nieto hubiera podido sobrevivir en caso de que le hubieran operado de urgencia, aunque ha descartado demandar a los posibles responsables ya que, ha asegurado, eso no le devolverá a su nieto.