Birgitte Kallestad, una joven noruega de 24 años, estuvo en Tailandia de vacaciones con su familia y caminando por la calle se topó con un cachorro abandonado. En ese momento, decidió rescatar al animal y llevarlo con ella a su hotel.

Durante varios días, la joven jugó con el cachorro, que la mordisqueó provocándole algunos rasguños.

Poco después de que toda la familia regresara a Noruega, Birgitte comenzó a encontrarse mal. Pese a que en reiteradas ocasiones estuvo en el hospital, no consiguieron averiguar qué le ocurría realmente. Finalmente, según informa bbc.com, tras varios análisis, confirmaron que se había infectado con la rabia.

A pesar de que la joven curó correctamente sus heridas, no fue suficiente y la infección terminó siendo mortal.

Algunos países recomiendan ponerse la vacuna de la rabia cuando se viaja a lugares como Tailandia, sin embargo, en este caso, Birgitte decidió no ponérsela.

La rabia infecta a los animales y pasa a las personas a través de la saliva. La mejor forma de evitar su contagio es con la vacuna previa, aunque la vacuna posterior también tiene altas dosis de eficacia.