El herbolario y falso curandero Josep Pàmies ha vuelto a organizar un encuentro de "besos y abrazos" con decenas de personas en Balaguer, Lleida, sin cumplir con las medidas de seguridad para protestar por las restricciones impuestas para frenar los contagios de coronavirus.
Pese a los más de treinta brotes activos en Cataluña, el falso curandero ha organizado un segundo encuentro en el que ha defendido que el MMS (clorito de sodio), similar a la lejía industrial, puede combatir el COVID-19, un "remedio" que médicos y autoridades sanitarias ya han desaconsejado emplear para luchar contra el virus.
A principios de junio, Pàmies ya organizó otra quedada en la que 100 personas se reunieron y se dieron "besos y abrazos" para "defender" su supuesto método curativo, el clorito de sodio, y con el objetivo también de "desobedecer" a las autoridades sanitarias. Los asistentes procedían de diversas provincias españolas que se saltaron el estado de alarma para acudir al encuentro.
En el encuentro de comienzos de junio, tampoco se guardó la distancia de seguridad entre los participantes, ni llevaban mascarillas, sino que se reunieron con un único objetivo: infectarse "de forma controlada" del virus, para después ser tratados "exclusivamente con MMS para demostrar sus buenos resultados".
Así lo explicó entonces el propio Pàmies en una entrevista telefónica con 'ABC': "Nos dimos besos y abrazos. No tenemos miedo porque el coronavirus es una mentira", manifestó el falso curandero al mismo medio, defendiendo, asimismo, que "el confinamiento y el uso de mascarillas han sido un error".
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En ese momento, los Mossos abrieron una investigación tras la quedada, que podría suponer una multa de más de 10.000 euros para el organizador. Por su parte, la Fiscalía de Lleida reabrió la causa contra él, por un posible delito de salud pública y por un posible delito de ventas de este producto.
Pàmies, que gestiona la cooperativa Dolça Revolució, defiende que el clorito de sodio, que promociona a través de las redes sociales, cura el coronavirus, pero también el autismo, asunto por el que ha sido denunciado y sancionado en varias ocasiones, por tratarse de "un medicamento ilegal" y prohibido.
De hecho, el pasado mes de abril, la Fiscalía Superior de Cataluña abrió diligencias para investigarle tras la denuncia que presentó el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) por prescribir el MMS como tratamiento para frenar el COVID-19. "Sus actuaciones y toda la publicidad que está haciendo supone realmente un riesgo para la población", denunció Gustavo Tolchinsky, doctor y secretario del Colegio de Médicos de Barcelona.
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