Las sustancias radioactivas halladas hace unas semanas en un pocímetro de la central nuclear Ascó II eran de "nivel bajo", y no afectaron a la seguridad, al impacto radiológico y ambiental y la operatividad de la planta, han explicado a Europa Press fuentes de la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II (Anav).
El hallazgo, que hizo público el presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Martí Scharfhausen, no se encuentra en la escala de incidentes de obligatoria notificación al consejo, si bien el equipo de inspectores residentes trasladó este incidente a nivel de información.
El complejo de Ascó, donde se encuentran la central de Ascó I y la central de Ascó II, cuenta con 57 pocímetros, que son una especie de agujeros que conectan la superficie con las aguas subterráneas a través de tubos de PVC que al final cuentan con unos agujeros pequeños que permiten tomar muestras de agua con un piezómetro (sondas), que de forma periódica se analizan.
En uno de estos agujeros, que cuenta con un tubo de 10 centímetros de diámetro y 30 metros de profundidad, se hallaron niveles anómalos de cesio y otras sustancias, y desde hace unas semanas se ha seguido su evolución que ha ido a la baja.
El presidente del CSN le quitó importancia a la presencia de estas sustancias, y defendió la necesidad de conocer el origen: "Sólo hay que saber por qué ha ocurrido".
El documento del CSN sobre este hallazgo precisa que el estudio de estos pozos se realizó entre finales de febrero y principios de marzo. El texto confirma, además, que estos sucesos no han tenido consecuencias para la seguridad, la salud de las personas o del medio ambiente.