"Ellas (las dos presuntas nuevas víctimas) todavía no declaran, los que han presentado las denuncias son sus familiares y lo que obra en el auto son apreciaciones, opiniones de los familiares", explicó Romero al diario El Comercio. La fiscal indicó que tiene siete días para hacer la investigación preliminar y durante los cuales tomará las declaraciones de Manrique, la española Aguilar y las peruanas Paola Vega y Maryori García, que vivían en la misma secta y tuvieron hijos con el líder.

"Todavía no sé las versiones de las tres mujeres, de él ni de los menores", agregó. Respecto a las otras víctimas, la fiscal dijo al matutino que estos casos se remontan a años anteriores y que se trata de mujeres que viven en Lima. Manrique, quien supuestamente se hacía pasar por líder del grupo religioso Gnosis, convenció a Aguilar, de Elche (Alicante), para que dejara a su familia y se uniera con él en Perú, lo que hizo el 7 de enero de 2017, apenas cumplidos los 18 años.

En Perú, la joven española convivía con Manrique y las otras dos mujeres en una rudimentaria vivienda ubicada en la selva peruana donde tuvo una hija de éste, al tiempo que su familia la buscaba intensamente al desconocer su paradero. Manrique, de 35 años, fue detenido el miércoles pasado y trasladado a Lima por la Policía Nacional para ser investigado por el presunto delito de trata de personas, mientras que las mujeres y cinco menores son atendidos por el Programa de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía peruana.

La fiscal Romero explicó que Manrique ya era investigado desde el año pasado a raíz de la desaparición de Vega, de 42 años, y García, de 29 años, y que en enero último se acumuló el caso de la joven española. Entre el material que la fiscal está investigando figuran las capturas de pantalla de una red social, que aparentemente manejaba Manrique para captar a sus víctimas.

El sospechoso permanecerá detenido hasta el 12 de julio, día en el que la fiscal debe haber decidido si pide su prisión preventiva conforme los indicios que reúna. "Si tengo indicios suficientes de causa probable puedo postular mi caso ante el Poder Judicial y puedo pedir prisión preventiva, pero eso no es seguro en este momento porque no tengo elementos de convicción suficientes", afirmó Romero al diario peruano.

La casa donde vivieron las mujeres fue localizada en San Martín de Pangoa, de la selvática provincia de Satipo, en la vertiente oriental de los Andes peruanos, a unos 450 kilómetros de Lima, una zona peligrosa por pertenecer al Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), controlado por el narcotráfico y los remanentes del grupo armado Sendero Luminoso.