Las dos personas halladas muertas este martes en el interior de un bar en Parla (Madrid), no murieron por una explosión en la cocina, como se pensó inicialmente. La Policía investiga ahora la muerte violenta de las dos víctimas, una de las cuales era el dueño del local.

Fue David, el propietario de un local cercano a la freiduría en la que se encontraron los cadáveres, quien avisó a la Policía. "Cuando llegué, la puerta estaba más abierta y se veía un poquito desde fuera la persona allí tirada", relata.

En el interior del local había restos de sangre, cristales esparcidos por todas partes y dos cuerpos inmóviles. "Cuando vimos un poco el escenario, actuamos como hubiera actuado cualquier persona: llamar a la Policía y ponerlo en conocimiento de ellos", explica David.

Al principio se pensó que una explosión en la cocina podría haber sido la causante de la muerte, pero la Policía científica lo ha descartado y ahora se está investigando como muerte violenta. En el lugar se encontraron varios objetos punzantes y los cuerpos presentaban varias puñaladas y golpes.

Los fallecidos son el dueño del bar y un amigo suyo, de 62 y 51 años. Los vecinos aseguran que entre ellos había buena relación: "Tenían muy buena amistad, nunca discutían, siempre juntos", explica un vecino. Hoy en el barrio no se habla de otra cosa y los vecinos ya no saben qué creer. "Unos dicen que si olía a pólvora, otros dicen que los han apuñalado...", señala el mismo ciudadano.

De momento no hay ningún detenido y La Policía está a la espera de los resultados de la autopsia.