Los abaten y los exhiben, en sólo tres días, varios lobos muertos han aparecido colgados en señales de tráfico de Asturias. Se investiga quién ha acabado con sus vidas mientras se ha reabierto el debate sobre la figura de este depredador. "El medio natural no se puede conservar si no conservamos a los grandes depredadores como el lobo", explica Andrés Illana, portavoz de los Ecologistas Amigos de los Lobos.

El fuego cruzado entre lobos y ganaderos es una realidad. Denuncian que arrasan sus rebaños. "Salimos de casa con miedo, son nuestros ingresos, nuestra forma de vida", asegura Manuel Coria, ganadero.

En Galicia, los cazadores aprovechan que la Administración autoriza los controles poblacionales para hacer batidas. Coria añade que "la superpoblación de lobos está acabando con ciervos, jabalíes y con los ganaderos, que estamos en peligro de extinción".

Para los defensores del lobo, la realidad es distinta. Aseguran que sólo son los culpables del 1% de los daños. "Es falso que haya más lobos en el monte, es falso que haya más daños, ¿cuál es entonces la cuestión con el lobo? No se sabe cuestionar el conflicto", destaca Fins Firexas, portavoz de ADEGA.

Algunas comunidades como Asturias prohíben su caza y sólo los agentes forestales pueden encargarse de las batidas. Pero la normativa no siempre se cumple. Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWW España, cuenta que "prácticamente nadie está siendo condenado por la muerte de un lobo ilegalmente, sabemos que está produciéndose en casi todas las CCAA".

Lo que sí se ha denunciado es una presunta trama de fraude: 20 ganaderos y guardas forestales han sido detenidos acusados de fingir ataques de lobo para cobrar indemnizaciones.