Compartían los desnudos de sus compañeras de instituto en un pack: 55 carpetas, con 55 nombres o motes correspondientes a cada una de las chicas, de institutos de Avilés y comarca y de edades entre los 14 y los 16 años. Dentro de cada carpeta, un número de imágenes eróticas o pornográficas de cada una de ellas.

Este material lo subían a una web de almacenamiento, y lo compartían por redes sociales, donde las propias menores se quejaban de que "hacer una página con todo el material ya no tiene gracia".

Sin gracia, y con indicios de delito. Fue lo que pensó la madre de una de las menores, que este viernes lo denunció. Es el sexting que lleva años preocupando a familias, educadores y autoridades. Menores, presos de una cultura que da poco valor a la privacidad, y que mandan fotos voluntariamente a personas de su entorno, sin ninguna perspectiva de riesgo.

"Las niñas se exponen a las redes sociales en la búsqueda de ese reconocimiento a nivel personal mucho a través de la sexualización precoz", explica Diana Díaz, directora del Teléfono de Ayuda Fundación ANAR.

Tras este caso, la Policía no investiga ninguna red, sino a los propios compañeros de instituto.