Se investiga a dos agentes de la Guardia Civil por la muerte de un hombre el pasado mes de enero cuando iba a bordo de una narcolancha contra la que chocaron en Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. El juzgado instructor está a la espera de un informe pericial que analice cómo fue ese choque, mientras que la Fiscalía considera que no hay indicios de delito.
Los dos agentes circulaban en una patrullera por la desembocadura del río Guadalquivir cuando localizaron una narcolancha de 12 metros de eslora, que estaba completamente parada en medio del río. Al acercarse encontraron 90 garrafas con 25 litros de combustible cada una y cuatro hombres a bordo. Estos individuos estaban tumbados en el suelo para no ser vistos cuando arrancaron el motor e intentaron huir. Fue entonces que ocurrió la tragedia.
El delegado de la Asociación Española de Guardias Civiles, José Antonio Belizón, ha explicado a laSexta que esta acción constituye "una maniobra evasiva y negligente por parte del patrón de la narcolancha". De hecho, y según el relato de los agentes, fue este movimiento el que provocó un fuerte choque entre ambas embarcaciones. Cuestión que todavía debe confirmar el informe pericial.
Uno de los los tripulantes de la narcolancha resultó gravemente herido, con daños en el hígado, los riñones y una hemorragia cerebral que finalmente acabó con su vida. Poco después, la familia fallecido, un viejo conocido de las autoridades con varios antecedentes por contrabando, denunciaba a los agentes.
Ahora el juzgado los ha citado como investigados por un posible delito de homicidio imprudente. Algo que según los sindicatos encaja en un procedimiento habitual para poder esclarecer lo ocurrido. En esa línea Belizón, asegura que "el código penal español es amplio, garantista y admite todo tipo de denuncias".
La Fiscalía se muestra de parte de los guardias civiles al considerar que no hay indicio de delito. Por eso ya ha presentado un escrito en el que solicita al juez instructor que deje sin efecto su imputación en estos hechos.