En pleno debate político acerca de si las farmacias deberían poder realizar pruebas del coronavirus, la Guardia Civil ha detectado que se estaban realizando test rápidos sin autorización en un bazar y una ferretería valencianas.

A raíz de sus pesquisas, los agentes incautaron más de 3.300 de estos test, que se iban a vender ilegalmente en la provincia. Tras intervenirles el material, tres personas están siendo investigadas por un delito contra la salud pública.

La Benemérita inició la investigación tras conocer a través de una empresa farmacéutica que se estaban realizando test rápidos de COVID-19 en una ferretería de la Pobla de Vallbona y un bazar de Manises.

Los agentes inspeccionaron el local y hallaron en la trastienda una bolsa con una caja de test y diferentes utensilios para su uso. Según detalla el cuerpo en un comunicado, algunos de estos test habían sido usados anteriormente.

Los agentes incautaron estos objetos y procedieron a investigar al responsable del establecimiento, comprobando que contaba con un contacto y varias empresas que le ofrecían los test rápidos. Así, pudieron intervenir miles de pruebas en empresas en Pobla de Vallbona, Paterna, Catarroja, Torrente, Manises y Valencia capital.

Concretamente, las empresas situadas en Catarroja y Paterna, según ha arrojado la investigación, eran las que abastecían al bazar y la ferretería, que luego las vendían de forma fraudulenta.