La Interpol está intentando poner nombre y apellido a 22 mujeres cuyos cadáveres se siguen sin identificar. Se trata de la primera vez que se publica la reconstrucción facial de algunos de estos cuerpos, como el de la joven de entre 13 y 20 años cuyos restos fueron encontrados en 1976 y estaban en un estado de avanzada descomposición.

Únicamente se conoce la ubicación donde apareció, un bosque de Países Bajos, y su altura, 1,60 centímetros. A pesar de conocer todos estos detalles, a día de hoy se sigue sin saber el dato más importante: su identidad.

Con este proyecto pionero 'Identifícame', en marcha en cuatro países europeos (Alemania, Francia, Países Bajos y Bélgica), la Interpol ha compartido imágenes recreadas de mujeres asesinadas de forma violenta y que aún no han sido identificadas. También ha publicado fotos de objetos clave en las investigaciones.

Por ejemplo, la fotografía de la maleta en cuyo interior se encontró el torso de una chica. O la de la pulsera que apareció en la muñeca de una de las fallecidas. También se facilitan imágenes de zapatos, calcetines y otros complementos que puedan dar pistas a los familiares, amigos o conocidos, quienes después de décadas continúan buscando a sus seres queridos.

Los investigadores del proyecto creen que algunas de ellas procedían de países del este y no del lugar donde fueron encontradas, algo que también habría complicado su identificación. Por eso, lejos de quedarse de brazos cruzados, buscan que ningún caso se quede sin resolver.