En un informe sobre las tendencias delictivas emergentes en el mercado de residuos plásticos, la Interpol ha avisado de que el comercio ilegal de residuos plásticos ha aumentado de manera alarmante en los últimos dos años, al igual que otras prácticas criminales como incendios en vertederos ilegales de Europa y Asia.
En concreto, la Organización Internacional de Policía Criminal ha informado que ha habido un aumento de envíos ilegales de desechos, desviados principalmente al sudeste asiático vía múltiples países de tránsito con el objetivo de camuflar el origen del envío. Además, durante estos años han observado otros aspectos preocupantes en la gestión global de residuos, como documentos falsos y registros fraudulentos de esos restos.
Este informe establece además un vínculo entre las redes delictivas y las empresas legítimas de gestión de residuos, usadas como tapadera para operaciones ilegales. Uno de los casos explicados en el documento recupera el asesinato del alcalde de Signes, en el sureste de Francia, asesinado en 2019 al tratar de evitar que dos personas dejaran residuos en un vertedero ilegal, "que ilustra un tipo de violencia tradicionalmente asociada al crimen organizado".
La situación proviene de la dificultad de gestionar el excedente de residuos plásticos, lo que lleva a situaciones como la observada en Malasia el pasado mayo, cuando las autoridades iniciaron un proceso de devolución de casi 4.000 toneladas de desechos plásticos a trece países. Además, desde que en 2018 China cerró sus puertas al reciclaje de las importaciones para proteger su propio medioambiente, ha habido un incremento de los envíos desde Europa y América del Norte hacia Malasia.
"La contaminación mundial de plásticos es una de las amenazas medioambientales más generalizadas en la actualidad, y su regulación y correcta gestión tiene una importancia crítica para la seguridad ambiental mundial", ha destacado en el comunicado el responsable de aplicación de leyes ambientales de Interpol, Calum MacDonald.
Además, MacDonald ha indicado que la organización está trabajando en descubrir cómo los criminales aprovechan las debilidades del sistema para pedir a los países refuerzos de sus legislaturas. Los equipos de lucha contra la contaminación de 194 países están trabajando para desmantelar estos grupos criminales y gestionando operaciones y formación para ayudar a las fuerzas del orden a acabar con estos delincuentes.