13 días después de la agresión llegan las conclusiones de la investigación llevada a cabo por la Consellería de Educación: "El informe de inspección descarta completamente que se trate de un caso de bullying y constata que se trata de una alumna integrada en el centro, muy estimada tanto por alumnos como por profesores".

Niegan que se trate de un caso de acoso escolar como aseguraba la familia y califican la agresión como un forcejeo entre alumnos por la posesión de un balón: "Alumnos del equipo contrario, que habían perdido el partido, corrieron detrás de la niña hasta que la pillaron. La niña habría caído al suelo, presuntamente empujada por alguno o algunos alumnos, iniciándose un forcejeo".

Un forcejeo que, remarcan, tan solo duró un minuto. El conseller además ha desmentido que no hubiera profesores en el patio y ha anunciado que aumentarán la presencia de docentes durante los recreos. "Para intentar minimizar los riesgos vamos a incrementar el número de profesores que hacen guardia", ha explicado Martí March, conceller de Educación.

Pero 6.000 firmas piden una comisión de investigación, se han entregado en la Consellería porque no se creen la versión oficial. Por su parte, los alumnos implicados aseguran estar arrepentidos y van a redactar una carta a la víctima para que vuelva al cole para jugar al fútbol con todos los compañeros.