En el Asador Donosti de Bilbao, Begoña e Iñaki recogen la comida que se queda en la cazuela para dársela a los más necesitados.
Begoña Sojo, la concinera del asador, ha confesado que sufría porque tenía que tirar comida a la basura, ahora, ha asegurado que "con ese poquito que pongo de más, dos o tres personas pueden comer".
En la cocina del restaurante La Chuleta, en Bizkaia, tampoco se tira nada. Francisco Durán, cocinero del local, ha expresado que "se siente uno mucho mejor porque no se tira nada y se guarda todo para gente necesitada".
Iñaki Gros Gros, trabajador de la ONG Aunar ha explicado que "distribuímos las bandejas en las mesas de trabajo y procedemos a entaparlo en el momento más breve posible", por razones de seguridad. Posteriormente se congelan los tuppers.
19 familias que no consiguen llegar a fin de mes se llevan a casa esta comida casera.
Marije Salinero, trabajadora de la ONG Aunar ha dicho que los que se benefician de esta iniciativa "no responden al perfil de excluídos y lo están, es un perfil diferente que no está cubierto".
Desde hace un mes también colabora con ellos una academia de repostería que, una vez a la semana, prepara exclusivamente bandejas de dulces para ellos.
Están buscando más restaurantes que añadan una pizca de solidaridad a sus menús.
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