Según ha informado la policía autonómica, el pirómano, un vecino de Barcelona, de 31 años y con antecedentes por el mismo motivo, fue sorprendido 'in fraganti' cuando había prendido fuego en un contador eléctrico de una finca del Eixample de Barcelona. La investigación se inició tras una serie de incendios provocados en cuadros eléctricos de diferentes comunidades de vecinos, muy próximas entre sí, en la ciudad de Hospitalet de Llobregat.

El 30 de diciembre se produjeron cinco incendios provocados, uno de los cuales afectó a la portería de una de las fincas y el humo afectó a todas las viviendas. Según la policía, el hecho de que los cinco incendios se cometieran el mismo día y las diferentes comunidades de vecinos estuvieran muy próximas entre sí hizo sospechar a los investigadores que, en todo los casos, podría tratarse del mismo autor.

Días más tarde, se volvieron a producir ocho incendios provocados más en la zona de contadores de la luz de los cuadros eléctricos en diferentes edificios, también en L'Hospitalet de Llobregat, donde, en algunos casos, como consecuencia del humo, varios vecinos tuvieron que confinarse en el interior de sus pisos.

Los investigadores, que llegaron a contabilizar un total de 17 incendios en el municipio de L'Hospitalet de Llobregat, donde varios vecinos tuvieron que ser atendidos por el Sistema de Emergencias Médicas por inhalación de humo y trasladados al hospital, averiguaron que el autor los hechos había utilizado pastillas de encendido para iniciar los incendios.

Incluso los bomberos, que tuvieron que actuar en múltiples ocasiones para apagar los incendios, encontraron una de estas pastillas todavía encendida en el suelo de una de las escaleras, lo que confirmó a los investigadores la intencionalidad del suceso.

Asimismo, los investigadores constataron que el Grupo de Delincuencia Urbana de los Mossos d'Esquadra del Eixample de Barcelona también tenían constancia de siete incendios de la misma tipología delictiva y con el mismo modus operandi en su distrito.

Así, durante un dispositivo, los agentes de la policía autonómica lograron sorprender 'in fraganti' al presunto autor de los incendios cuando había prendido fuego a un panel de contadores de un inmueble del distrito del Eixample de Barcelona. El hombre, que había comprado 32 pastillas de encendido minutos antes en un supermercado cercano a los hechos, se había sentado en un banco desde el que podía ver la portería del inmueble, donde fue detenido.

El pirómano, con seis antecedentes policiales por hechos de la misma tipología delictiva, pasó a disposición judicial y el juez instructor decretó su ingreso en prisión acusado de un delito de incendio y de 25 delitos de daños con el agravante de incendio en fincas y comunidades de vecinos.