"Duermo con un psicópata, pero si le denuncio me mata", es
la dura confesión que hizo Mónica a uno de sus amigos antes de ser asesinada.
Ella es la primera víctima de violencia machista de este año en Valencia: su pareja le disparó en la cabeza el pasado viernes y acabó muriendo este domingo en el Hospital La Fe de Valencia.
Ella llevaba dos años de relación con su asesino y vivían en
una casa de la localidad valenciana de Villanueva de Castellón, aunque ella era
natural de Canals. Según informa 'Levante-EMV', su pareja la había separado de
su familia y de sus amigos, que cuentan que "tenía que hablar a escondidas".
"Cuando se marchaba y venía llorando a casa, la acosaba
hasta que volvía con él", señala una de sus amigas, que explica que Mónica tuvo
que cambiar su número de teléfono hasta doce veces para escapar de su
maltratador. Su entorno define su relación como un auténtico "infierno".
A pesar de sus intentos por cortar la relación, siempre volvía con Salva porque tenía una fuerte "dependencia emocional". "Cuando estaba sola era una persona alegre y divertida, pero delante de él tenía que comportarse de forma diferente", explican al citado medio sus amigos, que aseguran que "la tenía subyugada" y que "no podía salir ni a tomar café con las amigas": "Tenía que ser sumisa y estar en casa".
Mónica deja huérfanos a dos hijos de una relación anterior.
Salva, el presunto asesino, ya se encuentra en prisión provisional acusado de
homicidio. Él asegura que disparó a su pareja de forma accidental, pero los
indicios hallados en la casa y sus antencedentes arrojan serias dudas sobre su
versión.