Una vecina de Arcos de la Frontera muestra la casa que compró con tanta ilusión y esfuerzo y donde apenas pudo vivir durante cuatro años. Como ella, más de 20 familias han tenido que abandonar sus casas porque se les caen encima.

"La junta se estaba abriendo poco a poco y ahora está totalmente abierto", comenta Germán Márquez, vecino afectado

Hace 12 años, a Germán lo llamaban loco por decir que el edificio empezada a abrirse. Denunciaron a la constructora y promotora pero el juzgado los exculpó porque consideraron que el problema estaba en los terrenos, a una profundidad imperceptible.

"Al final parece ser que los culpables son los vecinos por haber comprado aquí", afirma Germán.

En uno de los edificios más afectados, la junta de dilatación tiene más de un metro de apertura debido a que el edificio se está inclinando y también se viene abajo.

El resto de la urbanización vive con miedo."Cuando hace viento se caen piedras de arriba muchas veces, tengo una niña de nueve años y jamás la he puesto en el patio", explica una vecina afectada.

"La verdad es que es una pesadilla, estamos todos los vecinos así día a día, esto es un sin vivir, lo que queremos son soluciones", comenta Antonio Roman, vecino afectado. Ahora, las Administraciones se ponen de acuerdo para ayudar a estos vecinos.