Indignación en Portugal por la masacre de 540 venados y jabalíes, abatidos en una montería organizada por una empresa española en la finca Torre de Bela, en la localidad de Azambuja, cerca de Lisboa.

Allí, 16 cazadores -todos ellos españoles, según los medios lusos- mataron a los animales y presumieron de ello en sus redes sociales, por lo que ahora las autoridades de Portugal están investigando los hechos.

El ministro de Medio Ambiente, Joao Pedro Matos Fernandes, ya ha avanzado que "quien lo organizó, quien tenga la licencia y, probablemente, los propios cazadores, tendrán que ser juzgados".

La finca en la que se llevó a cabo esta barbaridad está calificada como zona cinegética, una licencia que permite la caza, pero la empresa organizadora no informó al organismo que autoriza el número de cabezas permitidas en la montería.

Las 540 piezas acribilladas, según las asociaciones de cazadores, constituyen una cifra escandalosa. "Esto no es caza... se trata de un abatimiento masivo de animales confinados", asevera Nélson Cadavez, presidente del Club de Montería del Norte.

Según medios portugueses, además, los animales fueron acorralados y tiroteados para facilitar la cacería. Tras lo ocurrido, todos los partidos portugueses piden explicaciones por lo que el Partido Animalista luso ha tachado de "una masacre vil que es inaceptable a las puertas de la tercera década del siglo XXI".

Detrás de todo, según medios nacionales, estaría la intención de la empresa propietaria del terreno de despoblar y recalificarlo para poder edificar en él, un objetivo para el que les estorbaría la vida salvaje de la zona.