Su pesadilla ocurrió hace justo un año. "Me metí en la habitación, me puse en un rincón en el que había un mueble, empezó a romper el armario y me lo tiró encima; no podía quitar la pierna del mueble, pesaba mucho, no me podía levantar. Salió, cogió un colchón y me lo tiró", explicaba ante el juez. Ella estaba embarazada de cinco meses.
Su pareja intentó quemarla viva y el juez lo condena a 13 años y medio de prisión por un delito de incendio, otro de violencia doméstica habitual y por dos delitos lesiones leves.
Sin embargo, el juez lo absuelve del delito de asesinato y de aborto en tentativa, algo que enfurece a las asociaciones de víctimas.
"¿La mujer tiene que ser asesinada para que se lleven a cabo todas las medidas y el agresor sea condenado?", se pregunta Esmeralda Gallardo, de la fundación Ana Bella.
Según la sentencia de la Audiencia de Girona, queda probado que el hombre prendió fuego a la habitación donde la mujer se refugió. Pero no que ella quedase atrapada debajo de un mueble, indefensa.
"Lo que se tiene que condenar es el hecho de intentar asesinarla, no que la víctima lograra escapar", añade Gallardo.
Las asociaciones de víctimas de la violencia machista reclaman que, antes de episodios como este, la Justicia garantice protección para la víctima y control del maltratador.