El incendio de Llutxent ya ha dejado más de 3.000 evacuados y hasta 2.600 hectáreas calcinadas. Además, avanza sin control hacia la zona de Gandía mientras los efectivos terrestres y aéreos tratan de acabar con unas llamas que parecían perimetradas ya este pasado martes pero acabaron avivándose por la acción del viento.

Las tormentas que suceden a la ola de calor que vive la península traen consigo un viento caótico, con rachas alternas de norte y sur que complican aún más la extinción de cualquier incendio. Es lo que ha ocurrido precisamente en la sierra de Llutxent, que asiste a estos cambios en la dirección del viento mientras el fuego avanza dejando a su paso miles de hectáreas arrasadas y vecinos desalojados.

Los expertos apuntan a que el viento de levante, algo más húmedo y fresco que el de componente sur, irá imponiéndose en la zona con rachas en torno a los 40 km/h. Pese a ello, las temperaturas seguirán siendo altas y los vientos derivados de las tormentas de verano presentes en la zona continuarán complicando las labores de extinción.