El barco croata Neretva se hundió en 1992 en la costa de Ribadesella, en Asturias. Hoy, 31 años después, es una especie de arrecife artificial lleno de peces, pero está cubierto por decenas de redes de pesca que han ido cayendo a lo largo de los años y que hay que retirar. Un grupo de buzos ha conseguido bajar hasta el navío y ha grabado unas espectaculares imágenes, que se pueden ver en el video que ilustra la noticia.

El carguero croata está lleno de vida, de corales, pero rodeado de redes fantasma que supuestamente han perdido los marineros. El barco está a 50 metros de profundidad y solo se accede a él con helio. Los buceadores del Centro de Actividades Subacuáticas de Lugo (CAS) han descubierto en su última inmersión esas redes. Iván Larriety, un buzo de CAS Costa Lugo, asegura que "este tipo de redes están pescando de por vida mientras estén ahí. Es un riesgo para la vida marina, sobre todo, para los mamíferos como los delfines".

Neretva llevaba 5.500 toneladas de pirita de Bilbao a Turquía en 1992. La carga se desplazó y se hundió y sus 20 tripulantes se salvaron. El fuel causó una marea negra en 14 kilómetros de costa. El barco es ahora un paraíso: "Se ha formado un gran ecosistema. Está lleno de todo tipo de gorgonias, algas, congrios... ahí se pueden refugiar". Pero también está repleto de trampas "y sería un peligro para otros buceadores realizar esa inmersión", explica Larriety.

Los buzos del Club Ribadeo ya han informado a las autoridades asturianas para retirar las redes. Los buceadores creen que es el momento puesto que apenas llueve en Asturias y que los fondos marinos tienen más visibilidad. El Neretva es de los pocos pecios de la costa de Asturias y conserva intactos camarotes, baños o el puente de mando. Por eso, es un gran atractivo para los buceadores.