Héctor tiene seis años y siempre va acompañado de su audífono. Al nacer, se dieron cuenta de que no reaccionaba a los estímulos auditivos y, finalmente, le diagnosticaron hipoacusia. "Cuando a tu hijo le diagnostican hipoacusia, el primer golpe es duro de encajar'', afirma su padre.

Tras comprobar que el origen era genético, se dieron cuenta de que César, el mayor de los hermanos, también tenía perdidas auditivas. ''Es un asunto al que te enfrentas por primera vez. Es un mundo completamente desconocido y, además, no piensas que a tu hijo de solo ocho meses le pueda ocurrir una circunstancia así", cuenta el padre de los niños.

Se trata de una situación que afecta a cinco de cada 1.000 niños recién nacidos en España y para la que es vital la prevención: "'Hay un periodo ventana aproximadamente desde el nacimiento a los tres años, donde si no se diagnostica precozmente, el desarrollo del niño puede verse comprometido'', señala el doctor Javier Hernández Calvin, especialista en Otorrinolaringología. Por ello, es importante que se haga un diagnóstico temprano para que desde pequeños comiencen a mejorar.

Además, con la llegada de la pandemia del coronavirus, se han encontrado con otro reto que no esperaban: el de la mascarilla. "La pandemia nos cambió a todos, pero cuando tienes hijos con pérdida auditiva es un reto adicional", expresa la madre de Héctor y César. Aún así, los niños han podido con todo y no permiten que nada les impida seguir siendo niños.