Suspendido al borde de la cornisa, el coche de las imágenes aguanta poco y al final cae. El agua lo arrastra calle abajo y no es el único. Cerca, otro vehículo está prácticamente sumergido en el lodo. La brutalidad del agua ha convertido autovías en un auténtico río y la fuerza de la corriente impide a los servicios de emergencia retirar el vehículo.
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