La víctima de la brutal violación de Igualada no recordaba nada de la agresión, pero ella misma pidió a los agentes volver al lugar de los hechos. Los Mossos la acompañaron hasta allí un mes y medio después, según el sumario del caso, al que ha accedido laSexta.

En él también aparecen las fotografías de las 11 personas que participaron en un altercado previo que provocó daños en un vehículo y que fue clave para dar con el agresor. Uno de los dueños del coche grabó un vídeo que se convirtió en parte fundamental de la investigación.

Los agentes identificaron uno a uno y fueron descartando su implicación en la brutal agresión. Pero faltaba por localizar al agresor, el número 11: en un primer momento no tenían sus datos y pronto se convirtió en el principal sospechoso.

La primera pista la dio una sucesión de imágenes: en un primer momento no llevaba capucha pero se la puso en cuanto se dio cuenta de que le estaban grabando. Tarde, porque los agentes ya tenían un dato más sobre su físico: es rubio.

Gracias al vaciado de móvil de la víctima se pudo saber el recorrido exacto desde que salió de la discoteca hasta que la encontraron abandonada. Las cámaras de diferentes locales y empresas la grabaron a ella pero también al agresor. Misma capucha, pantalones, zapatillas y chaqueta que el joven número 11 del altercado previo.

La tercera pista que lo implica es una imagen en la que se ve como portaba una chaqueta, la misma que le robaron a la joven tras la agresión.

Con todos esos indicios la misión era localizarlo: interrogaron a todos los chavales y finalmente dieron con él. Comenzaron a seguirlo muy de cerca y en el mes de marzo captaron otras fotografías del delincuente.

En ellas portaba pantalones similares, mochila negra de la misma marca y las mismas zapatillas color blanco que el día de la agresión. Una vez detenido, en los registros de su casa los agentes encontraron ADN de la víctima.